Mientras un pelele que se dice presidente de México agacha la cerviz ante los padres e hijos mega-millonarios de este país, y cínicamente habla de "tentaciones autoritarias en América Latina", como si los 44 mil trabajadores de L. y F.C. que arbitrariamente y con lujo de fuerza dejó sin trabajo no existieran, (ver nota), las víctimas de la emboscada en el municipio autónomo de San Juan Copala, Oax. siguen en su lucha y exigiendo justicia.
Este es un reportaje de la excelente periodista Blanch Petrich de La Jornada:
Beatriz Alberta Cariño, esposa de Omar Esparza, asesinada el pasado 27 de abril cuando viajaba con observadores a San Juan Copala Foto La Jornada
Solución al problema triqui, sólo si hay diálogo sobre el dolor de tantos años, sostiene
Las autoridades no pueden alegar que ignoraban que la caravana iba a Copala
Personalmente hablé con el secretario de Gobierno de Oaxaca: Omar Esparza, líder de Cactus
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Viernes 14 de mayo de 2010, p. 15
La Secretaría de Gobernación y las autoridades de Oaxaca no pueden alegar ahora que no se les consultó sobre la organización y la partida de la caravana de observación humanitaria que el 27 de abril fue atacada en la región triqui, asegura Omar Esparza, uno de los dirigentes del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus) y esposo de la joven Beatriz Alberta Cariño, asesinada junto con el activista finlandés Tyri Antero Jaakkola pocos minutos antes de llegar a San Juan Copala.
Yo personalmente hablé por teléfono con el secretario general de Gobierno estatal, Evencio Martínez, minutos antes de que se pusiera en marcha el convoy desde Huajuapan. Frente a mí había enviados suyos atestiguando la salida. Antes, Miguel Álvarez, de Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), y el secretario general de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) lo consultaron con él y con la Secretaría de Gobernación.
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