Mientras que Calderón emprende un viaje al extranjero a vender al mejor postor las riquezas (las que quedan) de todos los mexicanos, dibujando un país idílico, Jaime Avilés nos describe la realidad de violencia y devastación en que estamos hundidos.
Desfiladero
México 2010: cada día, Calderón manda menos
Jaime Avilés
Por motivos de trabajo, escribe un lector, amigo de esta columna desde hace años, “voy con frecuencia de Sinaloa a Jalisco. Siempre en mi cochecito. El miércoles de Semana Santa bloquearon la carretera internacional en el punto de revisión La Concha, entre Sinaloa y Nayarit. Por cinco horas unos 40 hombres fuertemente armados y encapuchados, vestidos de militares, asaltaron a todos los que sumisamente hacíamos fila, esperando turno para ser robados. El viernes santo, esos mismos delincuentes volvieron a hacer de las suyas, rafagueando al personal de revisión y dejando varios heridos.
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