Quien manejaba los hilos de los sucesos ocurridos en Quito era la mano ingerente gringa, de eso no hay duda. Más prevenido que en anteriores sucesos, ante la arremetida popular y diplomática, ordenó dar marcha atrás y preservar para un futuro próximo cercano, a las piezas que le son fieles en las fuerzas armadas de Ecuador. Un aborto preventivo, sino le hubiese pasado lo que tanto le duele en Venezuela: el respaldo de unas fuerzas armadas impecablemente limpias de infiltración, por haber usado de manera poco efectiva a todos los cuadros pitiyanquis en las crisis anteriores al golpe, durante y después de éste.
La revolución ciudadana se fortaleció enormemente, es cierto, pero esta ventisca al levantar las faldas de la historia, enseño a todos que las prendas íntimas que usa, que supuestamente la “defienden” tienen color gringo. Las declaraciones del militar a cargo del Estado de Excepción, quien jamás nombró por su nombre a Correa, ni siquiera al Presidente del Ecuador, que jamás dijo que se tomaría medida alguna para rescatar a Correa y que solo hablaba de un período de 5 días para restablecer el orden democrático ya lo delatan como uno entre varios que no pasan de ser lacayos entregados a las órdenes del imperio.
No faltan las voces de laboratorio que han inundado la Web con locuras al punto de decir que Correa se hizo un autogolpe para ayudar a Chávez a desviar la atención sobre los resultados de las elecciones parlamentarias de Venezuela, los más moderados que dicen que no fue un golpe sino un intento de golpe. Así como en Venezuela se dijo que el 11 de Abril del 2.002 lo que hubo fue un vacío de poder. La utilización del poder mediático en servicio de crear confusiones y lecturas sesgadas impresiona enormemente. Todos los medios alternativos están siendo intervenidos por “opinadores” que no dejan otro olor que la pestilencia palangrista de las mafias mayameras a la orden de la CIA.
Ecuador, debe asumirlo el presidente Correa, sigue amenazado por su propio ejército. El efecto de la base de Manta está en pleno desarrollo.
Con el cierre de la base de Manta, ubicada en la costa Pacífica de Ecuador, y la propuesta del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, para que ésta sea trasladada a suelo colombiano los intereses de Estados Unidos en el continente se juegan una carta fundamental. La base gringa estaría dispersa en varias instalaciones militares colombianas para, de este modo, multiplicar la ’guerra preventiva’ y el control de buena parte de Suramérica. Una base gringa en Colombia… que son muchas.
Esta euforia antichavista, esta breve alegría de la derecha, no deja de ser una severa advertencia a todos los implicados en la revolución socialista. Todo salió a favor de nuestras fuerzas pero nos tiene que abrir los ojos y justipreciar al enemigo, tanto en Ecuador, como Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Argentina. El imperio respira, su aliento fétido llena de sangre por momentos las calles de Ecuador, las almas de todas y todos los revolucionarios. Que no vuelva a sorprendernos y nos pase por encima con una carga de violencia, de guerra, de dolor, a la que no sepamos enfrentarnos.
Los pueblos deben tener acceso a las armas, la unión de las fuerzas militares con el pueblo se deben fortalecer en su mejor forma, se debe entrenar a los trabajadores para asumir tareas de defensa militar ante una próxima asonada en cualquiera de nuestras patrias y Unasur no debe demorar en crear una fuerza militar de defensa de nuestras democracias que tenga inmediata capacidad de intervenir militarmente ante una nueva intentona golpista en el suelo de cualquiera de sus miembros.
A quedado subrayada la capacidad del pueblo de salir y tomar las calles ante la más mínima agresión fascista, ésta debe estar articulada con las fuerzas militares leales a la voz del pueblo, no debemos demorar ante cualquier evento y saber responder contundentemente.
Venceremos.
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