viernes, 26 de abril de 2013

A tres años del asesinato: Homenaje internacional Jyri Jaakola, Bety Cariño por la autonomía de los pueblos indígenas



Homenaje internacional Jyri Jaakola, Bety Cariño y Timoteo Alejandro por la autonomía de los pueblos indígenas

El cerco, asalto y desplazamiento forzado de San Juan Copala no es el primero que realiza uno de los grupos paramilitares, ya en 2001 la localidad triqui de San Miguel Copala fue atacada por los paramilitares generándose una masacre y siendo durante años reiteradamente atacada por paramilitares

El 27 de abril del 2010 cerca de las  2 de la tarde, una caravana de observadores internacionales, periodistas y activistas sociales que pretendía llevar ayuda humanitaria a los habitantes de San Juan Copala fue atacada por paramilitares equipados con armas fuego de alto poder en la carretera de acceso a esa localidad. Asesinaron a la defensora de derechos humanos mexicana Bety Cariño, y el observador finlandés Jyri Jaakkola. Numerosos observadores y periodistas resultaron heridos de bala, fueron secuestrados temporalmente o quedaron desaparecidos.
El gobierno federal y el gobierno de Oaxaca se negaron a intervenir en el lugar de los hechos, salvo para recoger los cadáveres de los dos defensores de derechos humanos asesinados y a partir de ahí los crímenes siguen en la impunidad.
Días después, de frente a la preparación de una nueva caravana nacional para llevar ayuda, alimentos, medicina y agua a los indígenas triquis cercados en la localidad de San Juan Copala por los dos grupos paramilitares, un grupo de sicarios asesinó el 20 de mayo al principal líder moral del pueblo triqui de Copala, Timoteo Alejandro, junto con su esposa Cleriberta Castro.
Durante 9 meses del 2010 la comunidad de San Juan Copala resistió el asedio y  el cerco de los dos grupos paramilitares que se imponen a sangre y fuego en la región de Copala, hasta que, en septiembre de ese año, los grupos paramilitares terminaron de desalojar a los más de 800 habitantes de la localidad de San Juan Copala, misma que quedó  en control de los paramilitares, mientras que los habitantes quedaron en condición de desplazamiento forzado.
 El cerco, asalto y desplazamiento forzado de San Juan Copala no es el primero que realiza uno de los grupos paramilitares, ya en 2001 la localidad triqui de San Miguel Copala fue atacada por los paramilitares generándose una masacre y siendo durante años reiteradamente atacada por paramilitares, hasta que estos lograron el desplazamiento de la mayoría de la población original, en 2010.
Otras localidades triquis han sido desplazadas de la misma forma, de tal manera que se puede afirmar sin lugar a dudas que, la mayor parte del pueblo triqui de Copala se encuentran ya viviendo en otras partes del país y en los Estados Unidos, y no en su propio territorio ancestral.
El territorio triqui de Copala se ha convertido en botín del grupo paramilitar dominante que cuenta con la protección, el apoyo o la aquiescencia del gobierno del estado de Oaxaca. Esta situación es una de las principales causas de que, en términos absolutos y relativos, la población las localidades triquis, lejos de  aumentar se encuentren disminuyendo, lo cual constituye un indicador del etnocidio que se esta llevando a cabo contra el pueblo triqui de Copala. 
Los abajo firmantes nos pronunciamos contra este etnocidio y todas las acciones y omisiones del gobierno federal y el estatal que lo hacen posible.
Exigimos la inmediata restitución del derecho que tiene el pueblo triqui a vivir en paz y en su propio territorio ancestral y reivindicamos el derecho que tiene este pueblo y los demás pueblos indígenas a la libre determinación y por tanto a regir la vida de sus comunidades mediante la autonomía.
En Homenaje a los que han caído en esta lucha por los derechos humanos e indígenas del pueblo triqui, y en solidaridad con la lucha de los pueblos indígenas que reivindican y ejercen su derecho a la libre determinación y autonomía CONVOCAMOS al homenaje musical que se realizará con éste fin, el 26 de abril a partir de las 2 de la tarde y hasta las 6, en el Auditorio Digna Ochoa de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la ciudad de México (Av. Universidad 1449, col. Florida, a un costado del metro Viveros) y los llamamos a participar el día 27 de abril de 2013 a las 4 de la tarde en el Hemiciclo a Juárez de la Ciudad de México llevando flores y veladoras en solidaridad con el pueblo triqui autónomo y en digno recuerdo de los defensores de derechos humanos, periodistas e indígenas que han caído en la lucha por la autonomía, el respeto a los derechos humanos y la paz para los pueblos indígenas con justicia y dignidad.    

¡Justicia para Bety, Jyri, Timo y todos los caídos en la lucha por la autonomía de San Juan Copala!
Atentamente
Las autoridades comunitarias del Municipio Autónomo de San Juan Copala, la representación de Desplazados de San Juan y San Miguel Copala, Alianza Única del Valle, Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra, Región Otomi- Mexica Estado de México,  UPVA "28 de Octubre", Foro Permanente por la Comisión de la Verdad, Desplazados de La Laguna Mpio. de Coyuca de Catalán Guerrero, Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero FODEG, RadioAMLO, OraWorldMandala, Coordinadora Nacional Plan de Ayala , Movimiento Nacional (CNPA MN), Unión de Lucha Anticapitalista.


Apoya con tu firma: Justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola 

[México] Apoya con tu firma: Justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakkola
Durante tres años hemos atestiguado la falta de interés gubernamental por hacer justicia. No hemos percibido un real voluntad para que estos homicidios se resuelvan y los responsables de los mismos sean castigados como lo señala la ley.

Este 27 de abril 2013, se cumplen ya tres años del asesinato de la defensora mexicana de Derechos Humanos Bety Cariño y del observador internacional Jyri Jaakkola, quienes perdieron la vida en una emboscada ocurrida en La Sabana Copala (MEXICO), cuando una caravana humanitaria se dirigía a San Juan Copala, comunidad triqui que se encontraba sitiada desde hacía 5 meses y sujeta a permanentes agresiones, por parte del grupo príista paramilitar UBISORT financiado por el entonces gobernador Ulises Ruíz Ortiz.

Durante tres años hemos atestiguado la falta de interés gubernamental por hacer justicia. No hemos percibido un real voluntad para que estos homicidios se resuelvan y los responsables de los mismos sean castigados como lo señala la ley. Los trabajos de investigación fueron constantemente obstaculizados y ahora no se han ejecutado las 12 órdenes de aprehensión libradas en contra de los individuos identificados como responsables de estos arteros asesinatos.. Ni el gobierno Federal ni el gobierno de Oaxaca, así como sus Instituciones encargadas de impartir y procuran justicia se han comprometido para resolver este caso de interés de la comunidad nacional e internacional. La impunidad que se le ha bridado a los asesinos es preocupación de las defensoras y defensores de los derechos humanos quienes entendemos que la impunidad contribuye a que seamos agredidos de manera constante por hacer nuestra labor en la defensa de los derechos de nuestros pueblo.

La actuación de la PGR en la integración de la Averiguación estuvo marcada por las inconsistencias y la falta de interés y las omisiones y la lentitud con las que actúa el Procurador de Justicia del estado de Oaxaca para ejecutar las ordenes de aprehensión nos muestran que persiste el interés de proteger a los asesinos.

BASTA YA DE IMPUNIDAD
LA OMISION GUBENAMENTAL ES COMPLICIDAD
Más información sobre Bety Cariño y Jyri Jaakkola:


A TRES AÑOS DEL ASESINATO DE BETY CARIÑO Y JYRI JAAKKOLA




Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.
Alí Primera
 El 27 de abril se cumplen tres años del vil asesinato de Bety Cariño, la Pitaya roja, y Jyri Jaakkola de origen finlandés, a manos de la Unidad de Bienestar Social para la Región Triqui (UBISORT), cuando se dirigían en la caravana humanitaria y de observación para conocer la realidad en la que se encontraban los habitantes de San Juan Copala, comunidad sitiada desde cinco meses antes por la UBISORT.
Bety y Jyri nos enseñaron con su ejemplo un nuevo modelo de solidaridad internacional al ofrendar su vida por la vida e iniciar la construcción de un camino de paz, sueño truncado de quienes durante décadas han sido sacrificados por los interesés de los grupos de poder, la clase política y los gobiernos: me refiero al pueblo Triqui.
Bety, originaria de Chila de las Flores, Puebla, ha significado –para quienes caminamos a su lado–, el ejemplo inquebrantable de una mujer revolucionaria actual; el signo más vivo de solidaridad y entrega por los marginados; el amor a su pueblo, a donde siempre volvió. Después de terminar su licenciatura en educación, en comunidades del distrito de Huajuapan de Leon Oaxaca, ofreció un sinfín de iniciativas y propuestas con la comunidad, ante la privatización de la vida, la criminalización de los migrantes mixtecos, el racismo y el desprecio contra los indígenas de la región. Impulsó el proceso de autonomía económica a partir de modelos de economía solidaria, sin olvidar los trabajos de formación dirigidos a jóvenes, trabajo poco reconocido pero fundamental en la construcción de la conciencia. También influyó en la capacitación de las comunicadoras de la Radio “La voz que rompe el silencio”, Teresa y Felictas, también asesinadas en San Juan Copala, el 8 de marzo de 2008. Bety fue, sin duda, una mujer preocupada por los pueblos, donde entregó su vida como defensora de los derechos humanos. Bety, quien estuvo también presente en todos los llamados del movimiento zapatista, fue directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS), organización mixteca, de la cual era, además, fundadora y en la que construyó una parte importante de sus inspiraciones.
Su fuerte liderazgo y su compromiso la llevaron a ser parte de varios procesos a nivel nacional-internacional, muchos de ellos poco conocidos, como el Centro de Estudios Ecuménicos, en comunidades de la montaña alta de Guerrero, donde Bety participó a través de las Redes de Salud Alternativa. Formó parte del Comité Mesoamericano de los Pueblos, en donde fue clave para la articulación de la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos, referente mexicano del Foro Mesoamericano que nació como respuesta ante el Plan Puebla-Panamá y los megaproyectos promovidos por capital trasnacional. Asimismo, articuló, de manera conjunta con otras organizaciones, la Red Mexicana Contra la Minería (REMALC), el Movimiento Agrario Indígena Zapatista, la Red de Radios Indígenas y comunitarias del Sureste Mexicano.
El olvido es la apuesta de los perpetradores de estas heridas que no sanan. Están presentes y vivas en la memoria de la gente: su partida violenta, el hecho de que no se les ha hecho justicia, mientras los asesinos pasean delante de nuestra propia cara. Esta impunidad es garantizada por el gobierno federal y el de Oaxaca, una especie de política de estado, es decir, mensaje transmitido con la finalidad de quebrantar la voluntad de quienes buscan la construcción de la justicia y abandonar nuestros objetivos, como hacer frente a esta guerra contra los pueblos indígenas y el despojo de sus territorios.
Por ello, Bety Cariño y Jyri Jaakkola están presentes, vivos en nuestro día a día. Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerla, en las movilizaciones, en la charlas, en la vida cotidiana, en su papel de madre que enseñó a sus dos hijos el amor a su pueblo y el desapego a los bienes materiales, Bety es bandera de nuestra lucha, ejemplo de amor vivo y fraterno a un pueblo que sigue siendo sacrificado. Hoy, al cumplirse tres años de su asesinato, la mejor manera de recordarla, para nosotros, es la movilización, la rebeldía y la voluntad, de cada uno y una de ustedes, para cambiar el destino que nos han querido imponer.
Bety vive porque “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos…”
Omar Esparza, 15 de abril del 2013.

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