* Palabras de Luisa María Alcalde Luján, en la asamblea constitutiva del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA)
Quiero decirles, que me siento muy orgullosa de estar hoy aquí, de ser parte de este esfuerzo que tiene la ilusión de transformar nuestro presente, y también nuestro futuro. Me emociona formar parte de un movimiento autentico, sin intereses personales, sin egoísmos, pero eso sí, con un gran sentido de responsabilidad social y amor por los demás.
Estoy orgullosa, como muchos de los aquí presentes, de pertenecer a una juventud, que en el mundo, no se conforma con la situación que le ha tocado vivir, que ha puesto a prueba gobiernos antidemocráticos y ha decidido organizarse, alzar la voz y decir, con todas sus letras, que nos sentimos indignados, que rechazamos las políticas indiscriminadas de globalización que generan exclusión, pobreza, desigualdad y violencia.
Nos sentimos hermanados y estamos compartiendo en este día, 2 de octubre, tan significativo para la historia de este país, las luchas y las aspiraciones de los miles de jóvenes que se han integrado a los movimientos de protesta del mundo Árabe, de Asia, Europa y América. Especialmente con la juventud chilena, que nos está dando un claro ejemplo de lo que significa la organización social y las ganas de lograr aquello, que parecía imposible.
En México, según datos del INEGI, existimos 29 millones de jóvenes, más de la cuarta parte de la población tiene entre 15 y 29 años. Somos nosotros los mas propensos a emigrar, la mitad tiene la ilusión de irse a vivir al extranjero, 2 millones 800 mil están fuera de la escuela. En el 2006, las estadísticas mostraban que 40 de cada 100 presuntos delincuentes del fuero federal y 49% del fuero común eran jóvenes, en 6 años creció 50% el número de adictos a las drogas y había 4 millones de jóvenes con dependencia al alcohol. El suicidio fue la tercera causa de muerte entre jóvenes de l4 a l9 años. En 2008, 15 millones de trabajadores eran jóvenes (una tercera parte de la Población Económicamente Activa) y de éstos, la mayoría con empleos informales ganando menos de tres salarios mínimos.
Es importante considerar también, a los jóvenes de la zonas rurales del México profundo, quienes tienen su propia problemática. La de ellos es aún peor que la nuestra, porque el sistema educativo oficial los ha estado desvinculando de su tierra, del lugar que los ha visto nacer al desarraigarlos del campo. La formación que se les ofrece desvaloriza su cultura y sus costumbres. Corren el peligro de perder su identidad, pues desde que ingresan a la escuela, se les hace sentir que su lengua no vale, que su vestimenta les estorba y que sus prácticas están fuera de moda.
No es casual entonces, que la delincuencia organizada cuente hoy, con un ejército de reserva formado por jóvenes excluidos de su derecho a la educación y al trabajo digno; personas, que en su mayoría han vivido experiencias terribles de violencia en sus hogares, de pobreza, marginación y falta de oportunidades. Existen responsables de esta gran tragedia nacional y son aquéllos a quienes hemos permitido adueñarse del país y tomar todas las decisiones. Después de ver este panorama ya podemos decirles que su proyecto es un fracaso y que no lo queremos más.
El próximo año hay que ir a votar para demostrar nuestro enojo, y no solo por eso, sino porque hoy sabemos hacia donde debe ir el país: a acabar con la ignorancia y a construir un gobierno para todos. Pero sólo votar, es democracia a medias, no tenemos porque esperar una oportunidad cada seis años para reclamar justicia. Debemos comenzar hoy, con nuestras acciones día a día, no basta quejarse para generar un cambio, necesitamos proponer e involucrarnos. Porque no es cierto que todos somos lo mismo. La gente aquí reunida es prueba de ello.
Por eso debemos formar parte de MORENA, porque MORENA, es un espacio ciudadano en el que se está gestando el cambio. Un movimiento formado por personas, que independientemente de su edad, sexo, profesión u oficio, tienen en común el deseo de hacer de México un lugar más justo, con menos desigualdad, en el que dará gusto vivir y orgullo pertenecer. El potencial que nos da la unidad será la clave para lograrlo.
Por eso estamos aquí. Porque no somos agachados. Porque no queremos las migajas que nos ofrecen los que hoy nos gobiernan. Porque tenemos dignidad y fuerza suficiente para cambiar las cosas. Porque tenemos energía y merecemos ser tomados en cuenta. Porque no nos conformamos con la herencia de un panorama negro, y porque queremos ser nosotros los que construyamos nuestro propio destino. Simplemente, porque estamos seguros, que un México mejor, sí es posible.
Muchas Gracias.
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