Movimiento de Izquierda Libertaria. (MIL)
Una plaga recorre el mundo, la plaga del neoliberalismo. Capitalismo rapaz, feroz y depredador, que siembra hambre, miseria, injusticia, desigualdad, super explotación y muerte en todos nuestros pueblos.
Ahí donde se instala, se destruye la planta productiva nacional; se genera desempleo, salarios miserables, liquidación de los derechos laborales; quiebras de micros, pequeñas y medianas empresas y hasta grandes empresas.
Donde enraíza, se produce una brutal generalización de la pobreza y una concentración de la riqueza en unas cuantas manos.
Las riquezas nacionales representadas en sus recursos naturales son saqueadas sin que éstas generen ni un mínimo de beneficios a los pueblos detentadores formales de las mismas.
El neoliberalismo no sólo genera la explotación del petróleo, gas, minerales, energía eléctrica, costas, tierras y agua de cada nación; también se apodera de los medios de comunicación, de sus líneas aéreas, ferrocarriles, empresas fundamentales que más temprano que tarde acaban quebradas en detrimento de las estructuras de cada país.
La banca, el empleo, el comercio, toda actividad económica productiva y especulativa acaba en manos de las grandes transnacionales de cada ramo, verdaderos poderes del neoliberalismo.
El deterioro no para en el control de la economía legal en nuestro país por las grandes transnacionales del neoliberalismo, sino que también se vinculan con los recursos económicos del crimen organizado, a tal grado que se ha pasado del lavado de dinero a la integración formal del capital del crimen organizado al círculo legal de reproducción del capital en su conjunto.
Los gobiernos no escapan a esa subordinación. Sin importar el signo del gobierno que encabece cada Nación, sea de derecha o izquierda, acaban aplicando las políticas neoliberales surgidas por el FMI y el Banco Mundial que han generado un desastre para nuestros pueblos. Si los gobiernos nacionales se doblegan frente al poder del gran capital, ni que decir de gobiernos locales y municipales.
Frente al discurso de que la globalización es inevitable, se acaban asumiendo políticas económicas contrarias a nuestros pueblos y, se abandona la política y su quehacer, para convertir en caricatura toda actividad política y para trastocar los gobiernos en simples administradores de políticas depredadoras.
A todo lo anterior, debemos sumar que en México los niveles de corrupción, deimpunidad, de simulación de injusticia y desigualdad, de violencia y deterioro han alcanzado dimensiones monstruosas.
Los partidos actuales, lejos están de ser instrumentos de lucha y opción de cambio para nuestros pueblos. Burocracias ineficaces monopolizan la representación política de los ciudadanos en una República simulada.
De hecho, las pasadas elecciones fueron una ratificación de los procesos de simulación y de los métodos ilegales que se utilizan para pasar por encima de la voluntad popular.
En elecciones limpias, AMLO habría ganado la contienda. Sin embargo, todo está preparado para la imposición de Enrique Peña Nieto.
Éste, ya anunció que su virtual gobierno profundizará las políticas neoliberales impuestas en nuestra nación desde el gobierno de Carlos Salinas. Desmantelamiento de los derechos laborales (reforma laboral); desmantelamiento de la seguridad social; desmantelamiento de la educación pública, ahogándola con presupuestos raquíticos; remate del patrimonio nacional (petróleo, energía eléctrica, minerales, agua, mares, infraestructura aún no privatizada); empobrecimiento mayor de nuestro pueblo y no es de dudarse que incluso se imponga el IVA a alimentos y medicinas.
La candidatura primero, y el supuesto triunfo de Peña Nieto después, han generado un importante movimiento popular de protesta y de repudio a lo que éste representa. Pero el movimiento popular que transformará al país debe ser más poderoso.
En este contexto, es necesario impulsar un proceso de rebelión popular pacífica, que barra con todas las estructuras y cadenas, de subordinación al proyecto neoliberal que impulse una política de lucha, de resistencia, de rebeldía y de construcción de una opción de cambio concientizadora, libertaria y profundamente trasformadora de nuestra sociedad y reivindique la política como la toma de participación de los pueblos para la transformación de sus sociedades.
No se puede continuar con las mismas políticas económicas neoliberales que niegan aspectos tan elementales como empleo, educación, salud, alimentación y vivienda a nuestros pueblos.
En el caso de nuestro país, estos hechos se agudizan por un proceso de fortalecimiento del autoritarismo que ha militarizado la nación, que ha ensangrentado nuestra patria y que, trata a los mexicanos como delincuentes mientras los delincuentes gobiernan a nuestro país.
Tampoco se debe continuar consolidando la simulación, la impunidad, la injusticia, a un supuesto sistema democrático que es una caricatura de los poderes de una República libre, soberana y democrática.Por ello es que, hombres y mujeres libres, hartos de baños de sangre, de represión simulada, de explotación, de miseria para nuestros pueblos.
L L A M A M O S
A la construcción de un movimiento político nacional de rebelión pacífica y resistencia que acumule las fuerzas necesarias para realizar una profunda transformación del país, rechazando al neoliberalismo y sus políticas depredadoras, instaurando en su lugar un régimen político, social y económico de justicia social, de libertades, de igualdad y de equidad.
Este movimiento construirá, entre sus múltiples formas de organización y de lucha, un verdadero partido político que sea un instrumento de articulación y de lucha de nuestro pueblo, el MIL, Movimiento de Izquierda Libertaria.
Los hombres y mujeres que coincidimos en la creación de este movimiento, no tenemos más objetivo que lograr la liberación de las cadenas de ignorancia, miseria, explotación, miedo y represión que someten a nuestro pueblo y quieren las condiciones mínimas para que este acceda a su felicidad.
“Por una patria de hombres y mujeres libres”
Gerardo Fernández Noroña, agosto-2012
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